Los Virus, las Vacunas y la COVID-19

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En todos los lugares de la Tierra donde hay vida, desde las últimas capas de la atmósfera hasta las profundidades del océano, hay virus (por ejemplo, una cucharadita de agua de mar tiene unos 50 millones).

Un pequeño subgrupo de estos virus sobreviven y se multiplican cuando infectan a los seres humanos. Las vacunas que hemos desarrollado para controlar a estos archienemigos constituyen uno de los logros más importantes de la ciencia.

La Ciencia de la Pandemia en la Era de la COVID-19

Conocemos a los virus principalmente a raíz de las enfermedades que provocan cuando nos infectan —que van desde las más insignificantes, como un resfrío, hasta las más graves, como las que causan la muerte—, pero estas entidades diminutas y no del todo vivas esconden mucho más que solo enfermedades para los seres humanos.

Los virus han evolucionado, como lo hicimos nosotros, desde la primera aparición de nuestros ancestros en la Tierra y han marcado nuestro camino como de seguro nosotros marcamos el suyo. De hecho, no estaríamos aquí de no ser por ellos. En este mundo contemporáneo y más conectado que nunca, las vacunas son fundamentales para mantener el equilibrio en nuestra relación con los virus, tanto los de antes como los nuevos. 

Sumérjase en este mar de videos, artículos y enlaces a recursos en línea y sitios web para explorar la ciencia detrás de las vacunas, los virus y la salud pública en la era de la COVID-19.

¿Y ahora qué?

Mientras sigamos habitando y alterando los entornos naturales de nuestro planeta, que ya está bastante abarrotado, seguirán surgiendo nuevos virus. Es de suma importancia que aprendamos de esta pandemia para poder prepararnos para el futuro.

Debemos garantizar el establecimiento de sistemas eficaces para predecir en qué lugares es probable que surjan virus peligrosos, para reconocerlos cuando surjan y para detener su avance antes de que un brote se transforme en una epidemia, y una epidemia en una pandemia. La igualdad de acceso a la atención médica, el empleo, la educación, la comida sana, el agua limpia y las viviendas seguras dan lugar a resultados de salud más equitativos, que repercuten en todas las personas del planeta. Si queremos abordar las enfermedades infecciosas de manera eficaz, debemos ocuparnos de las desigualdades en el área de salud.

Debemos garantizar el establecimiento de sistemas eficaces para predecir en qué lugares es probable que surjan virus peligrosos.

Durante la pandemia de la COVID-19, científicos de todo el mundo se unieron en un trabajo de cooperación sin precedentes para desarrollar vacunas nuevas y canales rápidos, eficaces y seguros de prueba y producción. La tecnología de las vacunas de ARN mensajero (ARNm), que se venía desarrollando hace muchos años, se convirtió rápidamente en una herramienta sumamente poderosa que promete tener la misma eficacia para el tratamiento de muchas otras enfermedades infecciosas, como el VIH y el zika.

En la actualidad, todo el mundo entiende mucho mejor los desafíos que implica proteger a las personas de los virus y, además, la forma de empezar a abordarlos.

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